En tiempos complicados es fácil sentirnos desorientados. El mapa que teníamos mal que bien en nuestro día a día anterior a la tormenta, ha cambiado. Y donde estaba el norte ahora parece estar el sur y donde el este, el oeste. ¿Qué hacer?
Solemos olvidar entonces que antes de la tormenta tampoco es que estuviéramos muy a gusto en nuestras vidas, porque siempre andábamos corriendo desbocados sin dirección y, como si lleváramos anteojeras, solo veíamos un día tras otro sin apenas permitirnos momentos de reflexión para ver si estábamos yendo en la dirección correcta.
El resultado de todo esto es que ya antes de la crisis que estamos viviendo ahora, nosotros mismo estábamos en crisis. Nuestra manera de vivir nos estaba costando la salud no solo a nosotros, sino también al planeta. ¿No es cierto?
Antes de que llegase esta crisis, ya vivíamos la epidemia del sinsentido de nuestras vidas extenuantes basadas en la constante producción y en el consumo. Un consumo que se había extendido desde el ámbito de lo material hasta el de las relaciones personales y que había llegado al autoconsumo. Es decir, no a vivir nuestra vida de una manera sostenible y armoniosa, sino consumiéndonos a nosotros mismos hasta llegar hasta el tristemente síndrome de burn out, o agotamiento físico y existencial.
Como dice el verso “para odiar el mundo solo hace falta estar cansado”. El cansancio no es que nos hiciera odiar sino lo que es incluso peor, nos hacía o nos hace incapaces de tratarnos con cuidado y respeto hacia nosotros mismos y por extensión a los demás. Pues no se puede dar lo que no se tiene.
Así que si es normal que ahora estemos desorientados te invito ahora a considerar si antes estábamos en la dirección correcta.
Y si no es así, si piensas que se pueden mejorar una cosas en el timón de la la vida propia, entonces te invito, desde la perspectiva de la meditación, a que tras leer este post, o cuando encuentres un momento de calma, cierres los ojos, conectes con tu respiración profunda y a que visualices qué tipo de vida quieres tener, el tipo de rostro que quieres tener en diez o veinte años, cómo quieres estar viviendo, si quieres tener gente amable y generosa a tu alrededor, etc.
La vida está esperando a que te decidas cómo quieres ser y a que te pongas manos a la obra. No dejes que nadie construya por ti tu rostro ni tu corazón. En nuestro programa Autoestima y Autoconocimiento te ofrecemos herramientas que te permitirán conocerte y visualizar tu propósito de vida.
Sí, es cierto que vendrán tempestades y crisis y todo tipo de circunstancias complicadas, pero tú ya sabrás para siempre cuál es el Norte de tu vida.
Desde Aire Fresco nos gusta estar a tu lado en el viaje hacia una vida mejor.