Por fin hablamos en un post del amor. Últimamente estábamos hablando de problemas, ansiedad, estrés, etc. Pero resulta que lo peor de todo es el amor.

Un momento, ¿pero el amor no era lo mejor?

Seguramente tú no estás muy seguro. Sí, me dirás, es lo mejor sin duda. Pero, ay, casi también lo peor. ¿No es cierto?

Claro que ya sabemos que hay cosas peores, como las guerras termonucleares o el choque de galaxias enteras, pero como decía San Pablo: si no tengo amor, no soy nada.

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles,
si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia,
aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas,
si no tengo amor, no soy nada.

¿Entonces en qué quedamos?

De acuerdo, ya lo tengo, el amor es lo mejor, pero el desamor, ¿verdad? nos suele romper el corazón, como se suele decir, “en mil pedazos”. Y como diría el poeta Lope de Vega: eso es amor, y quien lo probó, lo sabe.

Quien más quien menos ha roto algún corazón, o se lo han roto a él. E incluso hay gente que por eso adopta ante el amor una posición cínica, prefiere vivir con el corazón cerrado, impidiendo que la herida de alguna relación que no concluyó bien, se cierre y pueda dar paso a una relación mejor.

Otros, por el contrario, no dan tiempo a que esa herida se cierre y nazca una nueva piel, e inmediatamente se lanzan en pos de alguien que les ame, se han convertido en una suerte de vampiros del amor.

Entonces nos puede parecer, ¿verdad? que el amor es complicado, que el amor es esto y su contrario, esto y lo de más allá. Pero eso forma parte de lo que hablábamos en el post anterior: de ver la vida como un problema, de valorar, juzgar, clasificar, lo que me gusta y lo que no me gusta, lo que me va bien y lo que me va mal. De hacerlo todo pequeño con nuestro pensamiento. Y francamente, el amor no se merece que lo tratemos así, que lo diseccionemos, lo comparemos, lo metamos en la caja de lo bueno o de lo malo.

El amor, sin embargo, resiste todas las jugadas que hacemos en su nombre, y ni siquiera nos reprocha que lo utilicemos para nuestros juegos personales de poder hacia los demás, hacia nuestra parejas, nuestras ex parejas, nuestros amigos o enemigos.

La meditación tiene algo que decir sobre el amor y supongo que a estas alturas del post quieres saber qué es, pues bien, lo que tiene que decir es que te ames a ti mismo o a ti misma, que te quieras y te cuides y te acompañes, para que luego puedas amar, querer, cuidar y acompañar a los demás.

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Su pasión es compartir con los demás los beneficios de la meditación y la relajación. Su lema es: lo que es bueno lo es para todos, y lo que es malo no debería serlo para nadie. Sus libros «50 maneras de salvar tu vida» y «Felicidad, Manual de instrucciones» son de referencia en el mundo de la meditación actual. Su más reciente libro «Cómo estar relajado en un mundo confuso» está disponible en tiendas en línea a nivel global.

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