La meditación y el silencio

 

¿Hace cuánto tiempo que no estás en silencio? 

 

No quiero decir en silencio mientras estás trabajando o mirando el teléfono. Quiero decir, que estás solo o sola en silencio, sin hacer nada más, incluso sin estar pensando en nada más. Tampoco quiero decir que estés embobado con la boca abierta, tampoco es eso.

Nos solemos quejar de que el mundo es muy ruidoso y agitado, pero, ¿contribuimos nosotros a hacerlo más tranquilo y silencioso, o por el contrario nos sumamos a la corriente del ruido y la agitación?

Solemos decir que todo va demasiado deprisa, ¿pero hacemos nosotros algo para que las cosas se calmen un poco y vayan a un ritmo más armonioso?

¿Qué haces tú para contribuir a un mundo mejor?

¿Acrecientas el ruido? ¿Las malas noticias? ¿Acrecientas la ira y el enfrentamiento? ¿Cómo te comportas con los que piensan distinto que tú? ¿Buscas la unidad siempre que puedes o buscar separar?

Cada momento de tu vida es una oportunidad para contribuir a hacer un mundo mejor o peor, para sembrar las semillas del mundo que deseas ver, o por lo menos que vean las generaciones venideras.

A veces pensamos que la meditación tiene que ver con nosotros, pero la meditación que tiene que ver solo con nosotros es estar perdiendo la finalidad de la meditación, que son los demás.

La meditación, pues, no se trata de una práctica de crecimiento personal tanto como verdaderamente se trata de una práctica de crecimiento social. Y si nos ponemos estupendos, de desarrollo global de todo el planeta.

Ya que una de las primeras intuiciones o realizaciones que se comienza a tener al meditar es el de la interdependencia de todo: 

Lo que yo soy, 

lo que yo genero, es lo que tú recibes 

y eso te afecta y cambia lo que tú eres. 

Y viceveresa.

 

Eso se nota enseguida con personas que tienen una energía estable (o al contrario), que han trabajado su calma y que no se alteran ni generan ruido a su alrededor, enseguida te sientes calmado a su lado, el ruido desaparece, el mundo calma su paso.

Como dice el poeta Ángel González:

Si vas deprisa, el río se apresura.

Si vas despacio, el agua se remansa.

 

En este post te propongo pues que dejemos de culpar al mundo de nuestros problemas, que dejemos de poner nuestra salvación en manos de los demás, y que comencemos a tomar la responsabilidad no solo de salvar nuestras propias vidas, sino también la de ayudar a los demás.

¿Vamos?

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Escrito por

Su pasión es compartir con los demás los beneficios de la meditación y la relajación. Su lema es: lo que es bueno lo es para todos, y lo que es malo no debería serlo para nadie. Sus libros «50 maneras de salvar tu vida» y «Felicidad, Manual de instrucciones» son de referencia en el mundo de la meditación actual. Su más reciente libro «Cómo estar relajado en un mundo confuso» está disponible en tiendas en línea a nivel global.

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