Construir una mejor Colombia, más justa y saludable, es una de las misiones de la alianza entre organización latinoamericana sin fines de lucro TECHO, que busca superar la extrema pobreza de millones de personas en distintos asentamientos populares y Aire Fresco, la startup española con sucursal en Cali, Colombia, que promueve el fortalecimiento de la salud mental a través del mindfulness, científicamente avalado.

La visión de ambas partes se ha complementado a la perfección: se trata de crear una sociedad justa, sin pobreza, mentalmente saludable y resiliente, para lo cual, Aire Fresco aportará sus herramientas en la práctica de la meditación de atención plena, con el fin de potenciar la salud mental de empleados, voluntariado y beneficiarios de la misión de TECHO.

Mindfulness para enfrentar la adversidad

Víctor Coutin, fundador y CEO de Aire Fresco, sostiene que la premisa de la que parte este proyecto, que aúna fuerzas solidarias, optimistas y con fuertes convicciones, es que “si inspiramos y movilizamos a los empleados, voluntarios, y beneficiarios de TECHO a cuidar de su salud mental, tendremos un impacto positivo en los determinantes sociales de la salud de millones de personas en situación de vulnerabilidad en toda latinoamérica”, un efecto dominó que promete generar más y mejores condiciones para la movilidad ascendente de la población económicamente vulnerada.

Con casi 90 mil voluntarios movilizados en los más de 600 asentamientos de toda Colombia, jóvenes en su mayoría, “uno de los tantos desafíos a los que se enfrenta TECHO es el de tratar de mitigar el impacto abrumador que las crudas realidades de los asentamientos informales producen en la salud mental del voluntariado, de sus empleados y de los beneficiarios de sus acciones”, afirma Daniel Martínez, Director General sede Bogotá de TECHO Colombia.

Esta es la razón de ser de su reciente alianza con Aire Fresco, que le proporcionará, gracias a diversas intervenciones basadas en la meditación de atención plena, los medios para fortalecer la resiliencia y promover la productividad de los colaboradores y las comunidades, así como también ayudarlos a manejar la ansiedad y el estrés, regular sus emociones y potenciar su autocuidado.

Romper el círculo vicioso para crear un círculo virtuoso

La situación de pobreza en la que viven actualmente más de 104 millones de personas en asentamientos populares en latinoamérica, es una emergencia permanente. Si tenemos en cuenta que según el estudio “Left behind. Chronic poverty in Latin America and the Caribbean” (Vakis, Rigolini, & Lucchetti, 2015) (Los olvidados, pobreza crónica en América Latina y el Caribe versión español), la pobreza genera depresión, y la depresión genera pobreza, es evidente que estas comunidades se enfrentan a un desalentador callejón sin salida.

A este respecto, Víctor explica que “en la alianza con TECHO, buscamos transformar este círculo vicioso y convertirlo en un círculo virtuoso donde, si mejoramos la perspectiva mental y resiliencia de las personas, podremos aumentar la posibilidad de movilidad ascendente, para mejorar su situación económica y salir de la pobreza”.

Según la OMS, toda inversión en salud mental duplica su retorno en productividad. “Esto implica que el acceso a herramientas eficaces para el cuidado de la salud mental promueve la posibilidad de su fortalecimiento y, en consecuencia, aumenta las probabilidades de adaptarse y sobreponerse a situaciones desfavorables, una escalera a un futuro más próspero”, afirma Diego Martínez Quintero, Representante Legal de la sucursal de Aire Fresco Colombia.

No hace falta decir que la COVID-19 ha vulnerado aún más los derechos de los sectores más empobrecidos de la sociedad. Cuando las recomendaciones versan sobre quedarse en una casa que no es tal, lavarse con frecuencia las manos con un agua a la que no se tiene acceso, o mantenerse productivo de forma remota cuando no se tiene conexión a energía eléctrica o internet, se profundizan la desigualdad y la depresión, flagelos por los que TECHO lucha día tras día, ahora, de la mano de Aire Fresco.

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No necesitó test de orientación vocacional: lleva en la sangre la comunicación, la enseñanza y las letras. Ha logrado combinar sus dos pasiones: la docencia y la escritura. Su lema: “es de convencidos convencer” (y qué mejor que con un discurso bajo la manga), le ha valido su presente, en el que asegura que haber descubierto la meditación le ha permitido afrontar con más herramientas, descansada y enfocada, los retos que implica, en este mundo hiperconectado, ser profesora de adolescentes.

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